EXPERIENCIAS PARA COMPARTIR CON PERSONAS "JUBILOSAS" QUE AMAN LA VIDA Y LA BELLEZA.

miércoles, 28 de abril de 2010

MARTIN LUTHER KING.


Hoy cae en mis manos este discurso y sabiendo cuál fue el final del autor del mismo me conmueve pensar en esas vidas que se truncan y desaparecen cuando el mundo necesita tanto de ellas. Un discurso esperanzador, lleno de buenos deseos y confianza en los hombres, pero....más de cuarenta años después, me pregunto ¿cuánto hemos avanzado? ¿hemos conseguido, como él soñaba,una tierra mejor?

Discurso pronunciado por Martín Luther King en la recepción del Premio Nobel de la Paz, en 1964:

«Hoy, en la noche del mundo y en la esperanza de la Buena Nueva, afirmo con audacia mi fe en el futuro de la humanidad.

Me niego a creer que las circunstancias actuales hagan incapaces a los hombres para hacer una tierra mejor.

Me niego a creer que el ser humano no sea más que una brizna de paja azotada por la corriente de la vida, y sin tener posibilidad alguna de influir en el curso de los acontecimientos.

Me niego a compartir la opinión de aquéllos que pretenden que el hombre es, hasta un punto tal, cautivo de la noche sin estrellas, del racismo y de la guerra; que la aurora radiante de la paz y de la fraternidad no podrá nunca llegar a ser una realidad.

Me niego a hacer mía la afirmación cínica de que los pueblos irán cayendo, uno tras otro, en el torbellino del militarismo, hacia el infierno de la destrucción termonuclear.

Creo que la verdad y el amor sin condiciones tendrán la última palabra.
La vida, aun provisionalmente vencida, es siempre más fuerte que la muerte.

Creo firmemente que, incluso en medio de los obuses que estallan y de los cañones que retumban, permanece la esperanza de un radiante amanecer.

Me atrevo a creer que, un día, todos los habitantes de la tierra podrán tener tres comidas al día para la vida de su cuerpo, educación y cultura para la salud de su espíritu, igualdad y libertad para la vida de su corazón.

Creo igualmente que un día toda la humanidad reconocerá en Dios la fuente de su amor. Creo que la bondad salvadora y pacífica llegará a ser, un día, la ley.
El lobo y el cordero podrán descansar juntos, cada hombre podrá sentarse debajo de su higuera, en su viña, y nadie tendrá ya que tener miedo.

Creo firmemente que lo conseguiremos.»

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