Se dice, se cuenta.... que un ciempiés andaba muy contento realizando su acostumbrado paseo matutino, hasta que una rana, entre divertida y socarrona, le lanzó la siguiente pregunta:
-"Querido ciempiés ¿cuál pata sigue a cuál?"¡Y la mente del pobre animal quedó tan confundida, que en la zanja se detuvo sin saber cómo volver a andar!
¡Qué curioso! Pues es verdad, a veces, no conviene analizar demasiado las cosas. No conviene hacer una disección de las cosas o los acontecimientos, pues corres el riesgo de encontrar lo que no buscabas....
Veamos: si con el ánimo de conocer mejor una preciosa rosa ( y digo una rosa por ser una de las cosas de belleza difícil de igualar) le quito los pétalos, los cuento, los peso, los mido....... habré obtenido mucha información, pero.....¿ qué me quedó de la rosa ?
Hay un lugar para el análisis, por supuesto, pero en algunas ocasiones es mejor manejar el corazón y dejar "reposar" un poquito el cerebro.
Y si no es así, a qué viene aquello de:
" Si quieren ser felices no analicen.... no analicen...."
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