EXPERIENCIAS PARA COMPARTIR CON PERSONAS "JUBILOSAS" QUE AMAN LA VIDA Y LA BELLEZA.

martes, 29 de noviembre de 2011

EL HOMBRE QUE APRENDIÓ A LADRAR...



Lo cierto es que fueron años de arduo y pragmático aprendizaje, con lapsos de desaliento en los que estuvo a punto de desistir. Pero al fin triunfó la perseverancia y Raimundo aprendió a ladrar.

En este día :

No a imitar ladridos, como suelen hacer algunos chistosos o que se creen tales, sino verdaderamente a ladrar.

¿Qué lo había impulsado a ese adiestramiento? Ante sus amigos se autoflagelaba con humor:
"La verdad es que ladro por no llorar".

Sin embargo, la razón más valedera era su amor casi franciscano hacia sus hermanos perros. Amor es comunicación. ¿Cómo amar entonces sin comunicarse?

Para Raimundo representó un día de gloria cuando su ladrido fue por fin comprendido por Leo, su hermano perro, y (algo más extraordinario aún) él comprendió el ladrido de Leo.

A partir de ese día Raimundo y Leo se tendían, por lo general en los atardeceres, bajo la glorieta y dialogaban sobre temas generales.

A pesar de su amor por los hermanos perros, Raimundo nunca había imaginado que Leo tuviera una tan sagaz visión del mundo.

Por fin, una tarde se animó a preguntarle, en varios sobrios ladridos: "Dime, Leo, con toda franqueza: ¿qué opinas de mi forma de ladrar?".

La respuesta de Leo fue bastante escueta y sincera: "Yo diría que lo haces bastante bien, pero tendrás que mejorar. Cuando ladras, todavía se te nota el acento humano."


(Mario Benedetti)





viernes, 25 de noviembre de 2011

CUESTION DE EQUILIBRIO....


El poeta Coleridge recibió un día la visita de un admirador. Cuentan que en el transcurso de la conversación, surgió el tema de la niñez y la educación:


-Creo, afirmó con rotundidad el visitante, que debe dejarse a los niños en total libertad para que piensen, actúen y tomen sus propias decisiones desde muy pequeños sin que nosotros intervengamos. Sólo así podrán desarrollar toda su potencialidad.


-Ven a ver mi jardín de rosas, le dijo Coleridge, acompañando a su admirador hasta el jardín.


Al verlo, el visitante exclamó:


-¡Pero esto no es un jardín… esto es un patio lleno de maleza!


-Solía estar lleno de rosas, dijo el poeta, pero este año decidí dejar a las plantas de mi jardín en total libertad de crecer a sus anchas sin atenderlas. Y éste es el resultado.





lunes, 21 de noviembre de 2011

DICE QUINO.....

El genial humorista y dibujante argentino Quino, que creó a la inconformista y original Mafalda, ve el mundo actual tal como lo cuenta en estas viñetas:

Me parece que, medio en broma medio en serio, ofrecen puntos de reflexión muy buenos sobre el panorama socio-cultural en que vivimos.

Aquí las dejo y si las encuentras en tu deambular por la red, te invito a que te detengas unos minutos en ellas. Luego como eres libre, piensa como quieras, todas las opiniones son muy respetables.











Gracia Quino por andar despierto, casi siempre las cosas serias es mejor tratarlas con humor.











viernes, 18 de noviembre de 2011

TENEMOS QUE SER COMO LA LUNA.....


Traigo hoy a mi blog un texto, que a mí me ha gustado mucho, de Ishmael Beat, ex-niño soldado que teniendo 13 años se vio obligado a luchar en el conflicto de Sierra Leona que le arrebató la familia y la niñez. Hoy es embajador de buena voluntad de Unicef.

Dice rememorando aquello terribles dias:

"En la guerra el alma se te cierra y no sientes emociones, es como un mecanismo de defensa, porque si no te morirías de ver tanto horror".


Quince años después, Beah, ha decidido "poner cara" al drama de los niños soldados y explicar su historia en un libro estremecedor por su realismo, en el que relata el infierno que, como él, aún sufren miles de menores en todo el mundo.




“Tenemos que ser como la luna”, decía y repetía uno de los ancianos de nuestro pueblo, Kabati, en África. Cuando íbamos al río a por agua, o a los campos a trabajar, o a cazar, o a extraer la savia de las palmeras, nos lo decía una y otra vez sin explicarlo nunca, sin decir otra cosa, sonriente y sabio, sentado a la puerta de su casa.


Yo le oía siempre sin entender, y tampoco me preocupaba por saber qué quería decir.

Por fin un día me entró curiosidad y le pregunté a mi abuela, “¿Qué quiere decir ese anciano cuando nos dice que tenemos que ser como la luna?”.


Ella me explicó. Me dijo que era un expresión para recordarnos que teníamos siempre que ser considerados y delicados con los demás.


“La gente se queja cuando hay mucho sol y el calor se hace inaguantable, y también se queja cuando no hay sol y está nublado y llueve y nos mojamos y tenemos frío. Se quejan cuando el sol luce, y se quejan cuando no luce. Pero nadie se queja de la luna.


La luna aparece en el cielo, más grande o más pequeña, más pronto o más tarde, pero siempre suave y delicada, y nadie se queja de ella. Al contrario, todos se alegran al verla.


Y además varía de aspecto y de hora, mientras que el sol es siempre igual y aburrido.

Cuando la luna se esconde y no aparece en toda la noche, nos hace desearla y esperarla con ilusión. Y cuando se muestra redonda y completa en toda su belleza, bailamos toda la noche y nos contamos cuentos unos a otros y nos sentimos felices.

Por eso nos dicen que tenemos que ser como la luna. Suaves y delicados con todos. Alegres y entretenidos.

Acuérdate siempre.”


Ishmael Beah.

Del libro: "Un largo camino". Memorias de un niño soldado.






sábado, 12 de noviembre de 2011

BUSCANDO EL SILENCIO.....

Vivimos en un ruido constante al que casi nos hemos habituado hasta el punto que muchas personas no pueden prescindir de él. Ruido de motores que invaden nuestra intimidad, ruido de palabras que no comunican nada, ruidos que crispan los nervios, ruidos de protestas, ruidos…. muchos ruidos…

Indiscutiblemente el ruido incide en nuestro psiquismo manipulándolo.


Yo amo el silencio, lo busco, lo necesito y cuando lo encuentro lo disfruto, me hace feliz….



¿Por qué este preámbulo? Quizás como justificación a esas “escapaditas” mías que de cuando en cuando me llevan a esos lugares donde el silencio, la tranquilidad y el sosiego se encuentran, se palpan y se disfrutan en cada esquina, en cada risco, en cada riachuelo….



Una vez más nos hemos ido tres compañeras y yo a pasar unos días a la casa de campo que nuestra amiga Mª Luz tiene en “La Manchuela”(Zona intermedia entre Valencia y La Mancha)

Qué decir de esos paseos por el campo, por La Hoz del río Gritos, por la orilla del Pantano de Alarcón…..



Y qué decir de esas tertulias de las cuatro amigas alrededor de la chimenea. Todo silencio, todo sosiego, todo calma….Sólo se oye el “chisporroteo” de las llamas que esparcen calor, el crujir de la leña que arde. Cuántos temas, cuántas experiencias, cuántas reflexiones compartidas...


En otra ocasión dije en mi blog que una amiga es “un tesoro” y muchas amigas “muchos tesoros”. Hoy lo reafirmo, sigo creyendo lo mismo.



Estas fotografías que capté en nuestra ruta por La Hoz del río Gritos, muestran lo espectacular y angosto de este desfiladero de gran valor paisajístico, que se halla entre los restos de la ciudad romana de Valeria y el pueblo de Valera de Abajo.



No es de extrañar que nuestra amiga Mª Luz, muy aficionada a la poesía, le dedicara un poemas del que yo le he sustraído estos versos:


" Hoy te cantan hechiceras

como si su novia fueras,

con arcanos amoríos,

estas aguas mañaneras

con que te abrazan tus ríos.


Hoces de solemnidad

donde se detiene el tiempo,

se adivina la habilidad

de la Creación y su esfuerzo

después Dios, se quedó contento."


martes, 8 de noviembre de 2011

LAS PLANTAS SON COMO LAS MUJERES...


Creo a veces que las plantas son como las mujeres: les gusta cambiar de traje. Por eso en Otoño arrojan al suelo todas sus hojas amarillas y en Primavera se cubren de brotes brillantes.

¡Es que, de veras, es tan lindo ponerse un vestido nuevo!

Y las acacias se adornan de moños blancos, los aromas de lunares de oro, los plátanos de borlitas verdes y los miosotis, como "Piel de Asno", le piden al hada de las flores un vestido hecho de cielo.

¡Hasta los cardos, tan ásperos, sienten despertar su coquetería y se prenden entre las duras greñas un penacho azul!

¡Me río yo de los botánicos que quieren explicar gravemente los fenómenos de la florescencia y de la vegetación! ¡Si al brotar y al florecer las plantas no obedecen a otro impulso más que al deseo de ponerse un bonito vestido nuevo!

Por eso, también, crecen con preferencia en torno de las acequias, de los estanques, de los arroyuelos: para tener un espejo en que mirarse.



Juana de Ibarbourou.

De: "El cántaro fresco".




martes, 1 de noviembre de 2011

DICE EDUARDO GALEANO....


Traigo a mi blog muchas veces cosas que cuenta Eduardo Galeano en sus libros, es que disfruto mucho leyendo a este escritor. Son cosas tan tiernas, tan entrañables que hacen mucha huella en mi. Hoy se centra en este anciano, que como todos a su edad, disfruta recordando cosas y lugares que se pierden en el tiempo, pero no en su memoria. Qué bien lo cuenta:


EL ABUELO.


"Los geólogos andaban persiguiendo los restos de una pequeña mina de cobre que se había llamado Cortadera, que había sido y ya no era y que no figuraba en ningún mapa. . –

En el pueblo de Cerrillos, alguien les dijo:

–Eso, nadie sabe. El viejo Honorio, es quién bien lo sabe.

Don Honorio, vencido por el vino y los achaques, recibió a los geólogos echado en el catre. Les costó convencerlo. Al cabo de algunas botellas y de muchos cigarrillos, que sí, que no, que ya veremos, el viejo aceptó acompañarlos al día siguiente.

Agobiado, a los tropezones, emprendió la marcha.

Al principio, andaba a la cola de todos. No aceptaba ayuda, y había que esperarlo. A duras penas consiguió llegar hasta el cauce seco del río.

Después, poquito a poco, pudo afirmar el paso. A lo largo de la quebrada y a través de los pedregales, el cuerpo doblado se le fue enderezando.

iPor ahí! íPor ahí! –señalaba el rumbo, y se le alborotaba la voz cuando reconocía sus lugares perdidos.

Al cabo de un día entero de caminata, don Honorio, que había empezado mudo, era el más conversador. Iba subiendo lomas y remontando años: cuando bajaron al valle, él marchaba por delante de los jóvenes exhaustos.

Durmió de cara a las estrellas. Fue el primero en despertarse. Estaba apurado por llegar a la mina, y no se desvió ni se distrajo.

Ése es el trillo de la excavadora –señaló. Y sin la menor vacilación, ubicó las bocas de los socavones y los lugares donde habían estado las mejores vetas, los fierros muertos que habían sido máquinas, las ruinas que habían sido casas, los secarrales que habían sido vertientes de agua. Ante cada sitio, ante cada cosa, don Honorio contaba una historia, y cada historia estaba llena de gente y de risa.

Cuando llegaron de regreso al pueblo, él ya era bastante menor que sus nietos".


Eduardo Galeano.






sábado, 29 de octubre de 2011

MIS AMIGOS LOS LIBROS.....


Digo, para empezar, que cuando veo un libro en todos los escaparates de las librerías o que ocupa un lugar privilegiado en sus estanterías tengo, casi siempre, mis dudas antes de dedicarme a leerlo. Algo así me ocurrió con "La belleza del erizo", de Muriel Barbery. Fue una amiga mía, gran lectora, la que me animó a leerlo.

Su lectura ha sido tierna, sagaz, a veces irónica, otras divertidas y siempre inteligente. Muriel nos presenta en este libro, entre otros muchos personejes, dos mujeres sumamente solitarias: Renée y Paloma. Con ellas pone de manifiesto la autora la dificultad de algunos seres humanos para entablar relaciones.

Paloma hija de un matrimonio que habita en uno de los pisos de un inmueble burgués de París, escribe un diario secreto en el que vierte sus "pensamientos profundos", alguno de ellos muy interesantes.

Pero a mi la que me ha cautivado ha sido Renée, la portera del citado edificio. Cito palabras textuales de cómo se describe ella misma:



"Me llamo Renée. Tengo cincuenta y cuatro años. Desde hace veintisiete, soy la portera del número 7 de la calle

Grenelle, un bonito palacete con patio y jardín interiores.

Soy viuda, bajita, fea, rechoncha, tengo callos en los pies y también, a juzgar por ciertas mañanas que a mí

misma me incomodan, un aliento que tumba de espaldas.

No tengo estudios, siempre he sido pobre, discreta e insignificante.Vivo sola con mi gato, un animal grueso y

perezoso. Ni uno ni otro nos esforzamos apenas por integrarnos en el círculo de nuestros semejantes. Como rara

vez soy amable, aunque siempre cortés, no se me quiere, si bien pese a todo se me tolera porque correspondo

bien a lo que la creencia social ha aglutinado como paradigma de la portera de finca.

Y como en alguna parte está escrito que las porteras son viejas, feas y ariscas, también está grabado en letras de

fuego en el frontón del mismo firmamento estúpido que dichas porteras tienen gruesos gatos veleidosos que se

pasan el día dormitando sobre cojines cubiertos con fundas de crochet.

Asimismo, también está escrito que las porteras ven la televisión sin descanso. Tengo la inmensa suerte de ser

portera en una residencia de mucha categoría. Era para mí tan humillante tener que cocinar esos platos infames

que se cocinan en las porterías, que fue para mi un inmenso alivio la intervención del señor de Broglie, el

consejero de Estado del primero, que me animó a erradicarlos para evitar en la finca ese tufo plebeyo que

invadía el inmueble. Disimulé lo mejor que pude para simular una obediencia forzosa........"



Renée lleva mucho tiempo fingiendo que es una mujer inculta, vulgar. Así la suponen todos.

Pero bajo esa apariencia poco agraciada se esconde una experta conocedora de la gramática, una

conocedora de los grandes pintores de todas las épocas, lectora fiel de Tolstói, que escucha

siempre que puede a Mozart y que le encanta el cine japonés de Ozu.


¿Por qué ese empeño en que nadie sepa sus verdaderas aficiones y en demostrar su incultura?


En la lectura del libro queda claramente manifiesto. Yo no debo revelarlo.



Es claro que la autora quiere demostrar que la inteligencia es algo transversal a todos los estratos sociales.










jueves, 27 de octubre de 2011

COMO LAS COMETAS...


Erma Bombeck escribió este artículo comparando a los niños con los cometas:



“Te pasas la vida tratando de hacerlas volar. Corres con ellas hasta quedar sin aliento. Caen al suelo. Chocan con los tejados.


Tu la remiendas, las consuelas, las ajustas, y les enseñas. Observas cómo el viento las mece y les aseguras que un día podrán volar.


Finalmente vuelan. Necesitan más hilo y tú sueltas más y más y sabes que muy pronto la bella criatura se desprenderá de la cuerda se salvamento que la ata y se elevará por los aires, como se espera que lo haga, libre y sola. Sólo entonces te das cuenta de que has hecho bien tu trabajo."



Erma Bombeck. Dayton, Ohio, EE.UU. 1927-1996





martes, 25 de octubre de 2011

MUCHOS COLORES PARA LAS PLAYAS....














































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