Pero
Mari-Luz tiene otras muchas facetas: guisa de maravilla, sobre todo la cocina
Castellano-Manchega. Sabe hacer buñuelos de calabaza riquísimos y mermeladas de
casi todas las frutas.
Mari-Luz
tiene las ideas claras y es fiel a sus convicciones y principios. Es fácil
conversar con ella de todos los temas que se presenten, pues aunque la opinión de su interlocutor sea distinta a la suya es
siempre muy respetuosa y “buena escuchadora”.
Pero
además Mari-Luz es poeta. Hoy me ha sorprendido dándome a leer una poesía que
ya hace tiempo escribió dedicada a su querida Cuenca natal. Yo le pido permiso
para traerla a mi blog y ella, que es humilde por naturaleza, accede al fin.
¡Gracias, Mari-Luz, por ser mi amiga!
Cuenca en Otoño.
Ribera del Júcar en Otoño.
A Cuenca.
Verticalidad
majestuosa,
cascada
que se derrama,
te
contemplas a ti misma
silenciosa
y extasiada.
Sirena
varada en siglos,
el
encanto de los dioses,
te
cincelaron en piedra
el
esfuerzo de los cíclopes.
Murmullo
fresco del agua
que con
tierno trepidar,
un
amoroso abrazo
al
rodearte te da.
Los
chopos de la ribera,
testigos
mudos de asombro,
absortos
al contemplar
el
misterio de tu entorno.
Verde
rumor de pinares
que
filtran entre las ramas,
de los
recios rabadanes
el son
de antiguas tonadas.
Nazarena
y sufridora
peregrina
del dolor.
¿Dónde
te diriges, Cuenca,
Por
caminos de pasión?
Mari-Luz L. A.
Semana Santa en Cuenca.
Semana Santa.
Semana Santa.
Etiqueta: Poesía.
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