EXPERIENCIAS PARA COMPARTIR CON PERSONAS "JUBILOSAS" QUE AMAN LA VIDA Y LA BELLEZA.

domingo, 15 de mayo de 2011

COMO LAS GOLONDRINAS.....


He terminado de leer estos días un libro muy interesante. Su argumento habla, como en tantos otros libros, de varias familias que, como consecuencia de una guerra en su país, tuvieron que exiliarse. Dramática y penosa situación que no sólo esas familias que de ellas habla el libro, sino otras muchas han tenido y tienen que experimentar, desgraciadamente.

Ha venido a mi mente durante su lectura un texto que leí de Mario Benedetti, que como siempre que escribe, lo hace de un modo insuperable.

Dice así:



IRSE Y VOLVER.


Una cosa es el exilio y otra es el éxodo. En el exilio le ponen a uno de patitas en la frontera y el expulsado se va con su nostalgia a cuestas en busca de otra tierra, otros sabores, otra razón de ser.

En el éxodo, en cambio, es uno el que se arranca, el que quiere ser otro. Sin embargo, exilio y éxodo tienen algo en común: el alrededor, al principio ilegible, que de a poco se aprende. Uno mira el paisaje como si fuera un simple repertorio y acepta los nuevos rostros como sumas de instantáneas.

La pasarela por donde llegamos se diluye en un suspiro y la vieja maleta nos pide que la abramos. Allí está el corazón del viaje. Conviene no extraviarlo. Hay que respirar hondo con los ojos cerrados y casi enseguida abrirlos por si acaso.

Empezamos a hablar a solas porque la nueva obsesión será no olvidar nuestra lengua. De pronto hablan otros y sorpresivamente sabemos lo que dicen. Con otro deje, claro, otro cantito, pero nos entra en los oídos como una bendición. Y ahí la añoranza se mezcla con la sorpresa, la melancolía con el asombro.

Curiosamente el pan tiene gusto a pan y el dolor ajeno se parece al nuestro.

¿ Volveremos? Al menos los pájaros vuelven, o sea que tendremos que aprender a volar…

Bajo esta luna o bajo aquella, el beso de aquí se parece al de allá. ¿Volveremos? Habrá que regar con sentimientos las ganas de volver, cada una en su maceta.


Del libro “Vivir adrede” Mario Benedetti.





1 comentario:

Clarissa Rodriguez dijo...

Mario Benedetti sabia de lo que hablaba. Ser trasplantado es morir un poco para renacer en otro suelo. Inevitablemente hay momentos en que, como lo expresa Facundo Cabral (en la canción popularizada por Alberto Cortez) “no soy de aquí ni soy de allá”.
Finalmente todo es parte del continuo aprendizaje, caminando la vida.
Un abrazo amiga, y gracias por traer la poesía de Benedetti