Leía hoy este mensaje del brasileño Andrade. Su lectura me ha interesado porque, claro está, entre los maduros me encuentro. Entre los renglones de su relato yo iba intercalando estos comentarios: “Tienes razón”. “Si señor, tienes toda la razón”.
El tiempo que me quede, poco o mucho sólo Dios lo sabe, no quiero tener la sensación de que lo pierdo, de que lo desperdicio.
¿En qué quiero invertir mi tiempo? Pues en lo que el corazón me dicta: En aquello que para mi tiene sentido… En lo que me enriquece… En lo que me hace sonreír… En lo que me llena… En lo que me hace mejor… En lo que me acerca a las personas que quiero y son importantes en mi vida… En lo que me transmite paz….
Claro que lo que yo elija será discutible, lo que a mi me parezca importante a otros puede parecer superfluo, inútil o vano. Con el derecho a opinar hemos de contar siempre.
En todo caso será “mi verdad”, que puede ser distinta a “la verdad”. Es que los corazoncitos a veces se equivocan, hemos de concederles, pues, el derecho a equivocarse……
Aquí os lo dejo:
"Conté mis años y descubrí, que tengo menos tiempo para vivir de aquí en adelante, que el que viví hasta ahora...
Me siento como aquel chico que ganó un paquete de golosinas: las primeras las comió con agrado, pero, cuando percibió que quedaban pocas, comenzó a saborearlas profundamente.
Ya no tengo tiempo para reuniones interminables, donde se discuten estatutos, normas, procedimientos y reglamentos internos, sabiendo que no se va a lograr nada.
Ya no tengo tiempo para soportar absurdas personas que, a pesar de su edad cronológica, no han crecido.
Ya no tengo tiempo para lidiar con mediocridades.
No quiero estar en reuniones donde desfilan egos inflados.
No tolero a maniobreros y ventajeros.
Me molestan los envidiosos, que tratan de desacreditar a los más capaces, para apropiarse de sus lugares, talentos y logros.
Detesto, si soy testigo, de los defectos que genera la lucha por un majestuoso cargo.
Las personas no discuten contenidos, solamente los títulos.
Mi tiempo es escaso como para discutir títulos.
Quiero la esencia, mi alma tiene prisa...
Sin muchas golosinas en el paquete...
Quiero vivir al lado de gente humana, muy humana.
Que sepa reír, de sus errores.
Que no se envanezca, con sus triunfos.
Que no se considere electa, antes de hora.
Que no huya, de sus responsabilidades.
Que defienda, la dignidad humana.
Y que desee tan sólo andar del lado de la verdad y la honradez.
Lo esencial es lo que hace que la vida valga la pena.
Quiero rodearme de gente, que sepa tocar el corazón de las personas…
Gente a quien los golpes duros de la vida, le enseñó a crecer con toques suaves en el alma.
Sí… tengo prisa… por vivir con la intensidad que sólo la madurez puede dar.
Pretendo no desperdiciar parte alguna de las golosinas que me quedan…
Estoy seguro que serán más exquisitas que las que hasta ahora he comido.
Mi meta es llegar al final satisfecho y en paz con mis seres queridos y con mi conciencia.
Espero que la tuya sea la misma, porque de cualquier manera llegarás..."
(Poeta, novelista, ensayista y musicólogo brasileño)
4 comentarios:
Creo que el tiempo en términos de calidad de vida es siempre importante de considerar. Perece que el autor asocia la edad con el derecho a ser más exigente y más consiente de cómo se usa el tiempo. Pero que distinto sería todo si desde el comienzo de la vida aprendiésemos a valorar cada minuto, entender que, como dice el autor, “de cualquier modo llegarás” al fin.
Por otra parte ¿cómo podríamos alcanzar la madurez emocional, sin haber pasado por el aprendizaje que proporcionan los errores?
En ocasiones se necesita un punto de inflexión para aprender a valorar la propia existencia, la propia vida.
Un abrazo querida amiga. Gracias por tu hermosa reflexión
Yo no tengo tu edad, pero también comparto cada una de las frases de este texto. Yo tampoco tengo tiempo ya para tonterías. No tengo tanto tiempo como para perderlo. Es curioso, porque por una parte, la edad te hace más tolerante con ciertas cosas, y por otra, te hace mucho más exigente. Me lo pienso mucho más para quedar con amigos, huyo de las situaciones postizas que no llevan a ninguna parte. Me siento ridícula si finjo lo que no siento. Cada vez me rsulta más necesario eso de estar en paz con mi conciencia. Así que, si tengo la suerte de llegar a tu edad en las condiciones que tú disfrutas, seguramente todo esto se habrá intensificado más todavía.
Gracias a las dos por vuestra visita. Vuestros comentarios son muy valiosos.
Hace unos días, comentando el don de la maternidad, Clarissa daba gracias a Dios por su Cata. Yo, hoy y siempre le doy gracias también por mi Mermaid querida.¿Qué sería mi vida sin ella?
Un abrazo a las dos.
Amiga, gracias de nuevo por compartir este hermosísimo mensaje para personas maduras, entre las que me encuentro también, aunque... muchas veces pienso que nunca se madura bastante, vaya, yo al menos estoy todavía muy verde en ciertos asuntos.
Sobre la verdad, sólo hay una, la Verdad: lo nuestro son verdades a medias y, sí, cada uno tiene la suya propia que hay que respetar.
Uniéndome a vosotras, le doy gracias a Dios cada día por mi Laura, mi "chispita".
Un abrazo.
Publicar un comentario