EXPERIENCIAS PARA COMPARTIR CON PERSONAS "JUBILOSAS" QUE AMAN LA VIDA Y LA BELLEZA.

domingo, 12 de diciembre de 2010

EL DESAFÍO DEL TRIGO....

"Las espigadoras". Lienzo de Jean-Francois Millet, 1857.


Se dice, se cuenta, que un día un viejo campesino fue a ver a Dios y le dijo:

“Mira, tú puedes ser muy Dios y puedes haber creado el mundo, pero hay una cosa que tengo que decirte: No eres un campesino, no conoces los secretos de la agricultura. Tienes algo que aprender”.
Dios dijo: ¿Cuál es tu consejo?
El granjero le respondió: “Dame un año y déjame que las cosas en el campo se hagan como yo quiera y veamos que pasa... te aseguro que las malas cosechas y la pobreza de los campesinos no existirá más”.
Dios aceptó y le concedió al campesino un año en lo que todo sucedería como él ordenase.

Naturalmente éste pidió lo mejor y sólo lo mejor… ni tormentas, ni ventarrones, ni plagas, ni peligro alguno para su grano. Todo confortable y cómodo… y él era muy feliz.
El trigo crecía hermoso, altísimo. Cuando quería sol… había sol; cuando quería lluvia… había tanta lluvia como pedía el campesino. Ese año todo fue perfecto, ¡matemáticamente perfecto!

El trigo crecía tan alto y el granjero se sentía tan feliz que un día se fue a ver a Dios y le dijo: “¡Mira, en esta cosecha tendremos tanto grano que aunque la gente no trabaje durante diez años, tendremos comida suficiente y aún sobrará…..”

Pero hubo un problema…Cuando se recogieron los granos todos estaban vacíos, no servían para nada….
El granjero se sorprendió y le preguntó a Dios: “¿Qué pasó?, ¿qué error hubo? ¿qué es lo que no se hizo bien?
Ante tal inquietud del campesino, Dios le respondió:
“Como no hubo desafío, no hubo conflicto, ni fricción, como tú evitaste todo lo que era malo, el trigo se volvió confiado, perezoso, impotente… Un poco de lucha es imprescindible. Las tormentas, los truenos, los relámpagos, son necesarios, porque sacuden el alma dentro del trigo y le hacen estar alerta….


La noche es tan necesaria como el día y los días de esfuerzo y sinsabores son tan esenciales como los días de descanso y felicidad…. A esto se le llama lucha y esfuerzo, no lo olvides, querido campesino….”



1 comentario:

Con Claridad dijo...

¡qué oportuna tu reflexión, Edelia!
En ocasiones me he sentido como ese campesino, queriendo que todo sea obsesivamente perfecto.
Quiero aprender a descansar en la sabiduría eterna de Dios