En verdad que el fútbol no me apasiona ni poco ni mucho, más bien nada. Claro que cuando lo que se juega es un Campeonato Mundial y estamos en los últimos partidos, eso ya es otra cosa. Confieso que me los he visto todos. Me han hecho perder los nervios, he gritado, he aplaudido, he cantado goooooool…..! Vaya, lo que toca en estas ocasiones.
Pero no era de eso de lo que quería hablar hoy. Ha caído en mis manos esta fotografía de Del Bosque con su hijo Álvaro, era un periódico un tanto atrasado por supuesto, pero no importa. ¡Qué tierna!
Ese es el otro lado del fútbol, de los goles, de los fichajes, de las Copas de Campeones, de los paseos de triunfadores….
Decía el periódico “El País” que cuando nació Alvarito a Del Bosque le cambió la vida. Ahora, dice su padre con mucho orgullo: “mi hijo es feliz y contagia felicidad. Es pícaro, pero no sabe lo que es maldad.”
Yo admiraba la serenidad y la contención de este entrenador ante los momentos difíciles de sus jugadores en el campo, ahora lo entiendo mejor. ¡Este señor está entrenado para recibir golpes fuertes!
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