Leyendo hoy este texto de Gibran me ha parecido más bello que nunca. Quizá sea porque estoy especialmente sensibilizada con "el adios".
Esta semana he dicho "adios" a mi mejor amiga. Después de muchos meses luchando para vencer su terrible enfermedad, finalmente la enfermedad venció a mi amiga.
¡Cuánto cuesta despedir a los amigos!
" EL ADIOS ".
Y entonces, un hombre y una mujer, tomados de la mano y con lágrimas en
los ojos, se acercaron y le dijeron:
"Háblanos del Adiós".
Y él mirándolos con ternura infinita respondió:
"Así como no os encontráis se encuentran vuestras manos o se mezclan
vuestras voces, sino cuando vuestros corazones se unen y vuestros
espíritus se hablan, así no os separáis cuando partís materialmente o cuando
vuestras miradas se buscan sin lograr hallarse o cuando vuestras manos no
pueden darse mutuo calor, sino cuando un muro se levanta entre vuestros
corazones y cuando vuestros espíritus no hablan ya más la misma lengua.
El pájaro besa suavemente la flor por un momento y, luego, se confunde
con
el cielo. Y sin embargo, ha dejado en los pétalos el corazón del fruto de la
mañana.
El río toca las raíces de la planta que en él se refleja y sigue su
curso...
Y, sin embargo su agua quedará en el árbol y se hará calor y perfume en
sus
flores...
Así, si os habéis encontrado de verdad, si vuestras almas se han fundido
como el agua y el árbol, el espacio y el tiempo no pueden separaros,
porque lo mejor del uno florecerá en el
otro a través de las primaveras.
Y el agua del río, hecha savia en el árbol, se elevará con él, en un
cántico
de gracias hacia el cielo.
Y cuando en un futuro próximo o lejano, las manos del Destino, os pongan
de
nuevo frente a frente, no diréis: "Te perdí y
vuelvo a encontrar"... sino:
"Fuiste un sueño que vivió en mí para convertirse en realidad".
Y habéis vivido, a pesar de la distancia y el tiempo, unidos el uno al
otro.
Vuestro reencuentro no será el del viajero que vuelve a su ciudad y la
encuentra cambiada, sino como el de aquel que besó los capullos de su
jardín un atardecer, soñó con ellos
durante la noche y, al despertar, los vio, con gozo convertirse en flores; o como el del que cerró un momento los ojos
velados por las lágrimas y al volver a abrirlos,
halló al Ser Amado más bello, más puro y más suyo.
En verdad os digo que el adiós no existe:
Si se pronuncia entre dos seres que nunca se encontraron, es una palabra innecesaria...
Si se dice entre dos que fueron uno, es una palabra sin sentido...
Porque en el mundo real del espíritu, sólo hay encuentros y nunca despedidas. Y porque el recuerdo del Ser Amado crece en el alma con las distancias, como el eco en las montañas del crepúsculo.
KAHLIL GIBRAN.
Etiqueta: Textos.
1 comentario:
LO SIENTO GUAPETONA!!! SE QUE LO ESTARAS PASANDO MAL !! LA SEPARACION FISICA ES MUY DURA.... PERO ELLA SEGUIRA CONTIGO ... EN TUS PENSAMIENTOS Y EN TU CARIÑO!!!
UN ABRAZO TIITA.
Publicar un comentario