Un ruiseñor que carecía de
hogar decidió establecerse en un bosque cercano. Pero las aves ya instaladas
allí tenían sus propias ideas acerca de esto y pronto lo ahuyentaron.
Cierto día, mientras estaba sentado desconsoladamente junto al polvoriento
camino contiguo, fue avistado por otro ruiseñor, quien se detuvo para
preguntarle por qué tenía aquel aire tan triste.
-Procuré - dijo el primer
pájaro- hacer mi hogar entre las otras aves, pero me picotearon, me
atropellaron y me golpearon con sus alas hasta que no tuve más remedio que irme
de aquel bosque que ves allí.
-Tal vez te presentaste con
alardes y jactancias. Cuando yo, en una situación parecida, busqué
un árbol para mí, todos los pájaros me rodearon y me preguntaron
qué hacia y por qué cantaba.
-Sí, conmigo éstos hicieron lo
mismo - explicó el primer ruiseñor.
-¿Y qué contestaste?-
Yo les dije. "Canto
porque no puedo evitarlo" .
-¿Y después?- Me atacaron como
ya te he dicho.
-¡Ah! -suspiró el segundo
ruiseñor-. Ese fue tu error. Pensaron que no podías dominarte y tal
vez estuvieses loco, con el riesgo de que tratases de hacer que ellos se
comportaran de la misma manera.
Cuando a mi me
hicieron esa misma pregunta, respondí: "Estoy procurando agradaros con mi
canto".
Esa fue una finalidad que
podían entender.
Idries Shah.
( India, 1924 - Londres, 1996 )
Etiqueta: Relatos.
1 comentario:
Realmente es un cuento para reflexionar. Las imágenes son preciosas.
Gracias querida Edelia por la sabiduría que compartes.
Un abrazo
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