EXPERIENCIAS PARA COMPARTIR CON PERSONAS "JUBILOSAS" QUE AMAN LA VIDA Y LA BELLEZA.

lunes, 23 de agosto de 2010

"CRIADAS Y SEÑORAS"


Acabo de leer este libro de la autora Kathryn Stockett. Un libro distraidillo, que narra la relación entre las “señoras” (siempre blancas) y las “criadas” (siempre negras). El escenario, la pequeña ciudad de Jackson en Misisipi. Una joven, que acaba de licenciarse en la Universidad y vuelve a su casa de Jackson, acomete la nada fácil tarea de escribir un libro con las experiencias que las “criadas negras” van a contarle. Entre “las colaboradoras”, que con grandes dificultades logra reunir, se encuentra Minny. Hacia ella voy a dirigirme:

Minny ha conseguido ser, con mucha ventaja, la mejor cocinera de todas las criadas. Nadie prepara las tartas mejor que ella. Las “señoras” lo saben. Pero tiene “una lengua tan suelta” que muy poco tiempo dura en cada casa. Cuando le preguntan en cuántas ha servido, no sabe precisar, sólo sabe que son más de diecisiete. Sin embargo lo que no olvida y recita con admirable precisión son las reglas que su madre le enseñó antes de empezar su primer trabajo, cuando ella tendría doce o catorce años:

“Sienta tu trasero aquí, Minny, que voy a enseñarte las reglas de oro pa trabajá en casa de una señorita blanca:
Primera regla: Cuando trabajas pa una señorita blanca, na es de tu incumbencia. No metas las narices en los problemas de la blanca y vayas a llorarle con los tuyos…
Regla número dos: Nunca dejes que la señorita blanca te pille utilizando su cuarto de baño. No importa si tiés tantas ganas de meá que se te va a salí el pis por las orejas….
Regla número tres: Cuando estés cocinando pa los blancos, prueba la comida con una cuchara diferente. Si te llevas a la boca la cuchara y no hay nadie mirando, puedes devolverla a la cazuela, pero si te ven tírala al fregadero…
Regla número cuatro: Usa la misma taza, el mismo tenedó y el mismo plato tos los días. Guárdalos en un armario separaos y dile a la señorita blanca que son los que utilizarás tos los días, sin mezclarlos con los d´ellos….
Regla número cinco: No riñas ni grites a los niños. A los blancos les gusta ser ellos los que gritan y riñen a sus niños…

¡Ahora ven aquí, dale un abrazo a tu mamita!”

Y dice Minny:
“ Mi primer día en casa de la señorita blanca comí mi bocadillo en la cocina y puse el plato en el espacio reservado para mí en el armario. Cuando la maldita mocosa me robó el bolso y lo escondió en el horno, no le calenté el trasero. Pero cuando la señorita blanca dijo: Ahora quiero asegurarme de que primero lavas a mano toda la ropa y luego la pones en la lavadora para terminar la colada.
Le contesté:
-¿Por qué tengo que lavarla a mano si se puede meté en la lavadora? Es la mayor pérdida de tiempo que he oído en mi vida.
La señorita blanca me sonrió y, cinco minutos más tarde, me puso de patitas en la calle".

De poco le habían servido a Minny las reglas de oro que su madre trató de enseñarle. Y es que genio y figura....

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