

- ¡Ah! ¡Ah! ¡He aquí la visita de un admirador!- exclamó el vanidoso desde lejos no bien vio al Principito. Pues, para los vanidosos, los otros hombres son ADMIRADORES.
-Buenos días- dijo el Principito- ¡Qué sombrero tan raro tienes!
- Es para saludar cuando me ACLAMAN. Desgraciadamente, nunca pasa nadie por aquí.
-¿Ah, si?- dijo el Principito sin comprender.
-Golpea tus manos una contra otra, aconsejó el vanidoso.
El Principito golpeó sus manos, una contra otra. El vanidoso saludó modestamente, levantando el sombrero.
El Principito volvió a golpear sus manos y el vanidoso volvió a saludar levantando el sombrero. Después de cinco minutos de ejercicio el Principito se cansó de la monotonía de juego.
-Y, ¿qué hay qué hacer para que el sombrero caiga?- preguntó
Pero el vanidoso no le oyó. LOS VANIDOSOS NO OYEN SINO LAS ALABANZAS.

-¿Qué significa ADMIRAR?
-Admirar significa reconocer que soy el hombre MÁS HERMOSO, MEJOR VESTIDO, MÁS RICO Y MÁS INTELIGENTE DEL PLANETA.
-¡Pero si eres la única persona del planeta!
-¡Hazme el placer! ¡Admírame lo mismo!
-Te admiro , dijo el Principito, encogiéndose de hombros, pero ¿ por qué te interesa que te admire?
El Principito pensó:¡¡¡DECIDIDAMENTE LAS PERSONAS GRANDES SON MUY EXTRAÑAS!!!
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