Siempre se dijo que la fe mueve montañas. Pero yo no conocía este "baile" curioso de montañas que cuenta Monterroso. A partir de hoy voy a fijarme mucho en las montañasa que conozco para ver si cambian de lugar....
"Al principio la fe movía montañas sólo cuando era absolutamente necesario, con lo que el paisaje permanecía igual a sí mismo durante milenios.
Pero cuando la fe comenzó a propagarse y a la gente le pareció divertida la idea de mover montañas, éstas no hacían sino cambiar de sitio, y cada vez era más difícil encontrarlas en el lugar en que uno las había dejado la noche anterior; cosa que por supuesto creaba más dificultades que las que resolvía.
La buena gente prefirió entonces abandonar la fe y ahora las montañas permanecen por lo general en su sitio.
Cuando en la carretera se produce un derrumbe, seguramente es que alguien, muy lejano o inmediato, tuvo un ligerísimo atisbo de fe".
Pero cuando la fe comenzó a propagarse y a la gente le pareció divertida la idea de mover montañas, éstas no hacían sino cambiar de sitio, y cada vez era más difícil encontrarlas en el lugar en que uno las había dejado la noche anterior; cosa que por supuesto creaba más dificultades que las que resolvía.
La buena gente prefirió entonces abandonar la fe y ahora las montañas permanecen por lo general en su sitio.
Cuando en la carretera se produce un derrumbe, seguramente es que alguien, muy lejano o inmediato, tuvo un ligerísimo atisbo de fe".
Augusto Monterroso.
3 comentarios:
Son muy interesantes los microcuentos de Augusto Monterroso. Desde luego el más famoso de todos es "El Dinosaurio".
Pero este de las montañas no lo conocía, y me ha encantado.
Creo que es una ironía en relación a lo que Jesús dijo: "si tenéis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: -pásate de aquí allá- y se pasará" (Evangelio según San Mateo)
Es una ironía porque Jesús lo dijo en un momento en que la fe de sus seguidores no fue suficiente para sanar a un enfermo. Lo curioso es que la semilla de mostaza es una de las más pequeñas que existe.
Un abrazo querida Edelia!
Precioso relato.
La verdad es que me encantaría que todo el mundo tuviera fe, pero que no moviera mucho las montañas.
Creo que, como con lo de la aguja y el camello, las traducciones de la Biblia a veces no reflejan exactamente las palabras de Jesús, lo que, por desgracia, da lugar a confusión en los creyentes y a burlas de los enemigos de nuestra fe.
Un abrazo y feliz domingo, amiga.
:)
La fe es la certeza de lo que no se ve, las personas en la actualidad hemos perdido mucho esta facultad de la cual Dios nos ha dotado espero que algun dia recuperemos la fe.
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