Se dice, se cuenta, que en cierta ocasión una abuelita, rodeada de sus nietos, les relataba historias y más historias.... Aprovechando la atención que sus nietos le prestaban, quiso prevenirles de las consecuencias de la no conciencia del lento cambiar de las cosas, de los cambios que se van produciendo poco a poco a nuestro alrededor sin que nos demos cuenta de ello. Si el cambio es para mejorar, les decía, estará muy bien, pero ¿ y si el cambio afecta a la pérdida de valores, a la adopción de malos hábitos o costumbres perniciosas? Para que les fuera de fácil comprensión les
relató esta fábula de Olivier Clerc:
relató esta fábula de Olivier Clerc:
"LA RANITA QUE NO SABÍA QUE SE ESTABA COCINANDO"
Imaginaros una cacerola llena de agua en la cual nada tranquilamente la ranita. Un pequeño fuego se enciende debajo de la cacerola y el agua se calienta lentamente.....
Al cabo de un rato, aunque despacito, el agua se va poniendo tibia y la ranita la encuentra más agradable todavía y .... continúa nadando.
La temperatura del agua sigue subiendo.... Ahora el agua está caliente, más de lo que la ranita puede disfrutar..... Sigue nadando, se siente algo cansada, pero no obstante no se asusta.
Ahora el agua está verdaderamente caliente y la ranita comienza a encontrar esto desagradable, pero la ranita está muy debilitada, no tiene más remedio que soportarla..... y no hace nada.
La temperatura sigue subiendo, subiendo, hasta que la ranita termina simplemente COCIENDOSE Y MURIENDO.
Si a la ranita la hubiesen metido directamente en el agua a 50º grados, con un golpe de sus potentes patitas inmediatamente habría saltado fuera de la cacerola y no se habría cocido.
Al cabo de un rato, aunque despacito, el agua se va poniendo tibia y la ranita la encuentra más agradable todavía y .... continúa nadando.
La temperatura del agua sigue subiendo.... Ahora el agua está caliente, más de lo que la ranita puede disfrutar..... Sigue nadando, se siente algo cansada, pero no obstante no se asusta.
Ahora el agua está verdaderamente caliente y la ranita comienza a encontrar esto desagradable, pero la ranita está muy debilitada, no tiene más remedio que soportarla..... y no hace nada.
La temperatura sigue subiendo, subiendo, hasta que la ranita termina simplemente COCIENDOSE Y MURIENDO.
Si a la ranita la hubiesen metido directamente en el agua a 50º grados, con un golpe de sus potentes patitas inmediatamente habría saltado fuera de la cacerola y no se habría cocido.
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