Acabo de leer este fragmento del libro "Nuestra felicidad", que escribe el Doctor Rojas Marcos. He de reconocer que me ha llamado la atención y a la vez que me ha hecho recordar algo que mis hijos, en su época de estudiantes, repetían con frecuencia. Decían que un profesor de ellos acuñó esta expresión: "La fauna humana es muy variada".
Efectivamente es muy variada. Por una parte hay personas que no se cansan de ensalzar la tranquilidad de la vida en los pueblo, su aire limpio, su vida sosegada, la ausencia de ruidos y un largo etcétera.
Por otra parte se oyen comentarios totalmente distintos. Los hay que repiten hasta la saciedad que por nada del mundo vivirían en un pueblo. ¡Qué aburrimiento, siempre las mismas cosa, las mismas personas, tanto silencio me aterra, tanta tranquilidad me deprime...!
Qué bien que en los humanos haya opiniones tan diversas. Lo importante, en todo caso, será que cada uno tenga claro que estilo de vida le hace más feliz. A partir de ahí, y si le es posible, busque lo que en definitiva todos buscamos: ser lo más felices posible.
Así opina el Doctor sobre este tema:
"No
comparto la opinión de quienes ven la causa del estrés en la vida plagada de
luchas de las ciudades modernas. Es cierto que desde tiempos remotos multitud
de pensadores ilustres han pintado las urbes como centros fríos y peligrosos,
mientras que glorifican la vida campestre como más grata, virtuosa y saludable.
Si bien el medio tranquilo y bucólico de los pueblos pequeños suele ser una
invitación seductora y permanente a su idealización, las ciudades ofrecen
múltiples posibilidades de disfrutar y para realizarnos.
El
ambiente denso, dinámico y variado de los centros urbanos extrae de nosotros un
nivel superior de entendimiento y de conciencia. Sus libertades, sus opciones y
su ritmo acelerado agudizan la intuición, estimulan formas diferentes de
relacionarnos y fomentan estilos de vida novedosos. Y al sentirnos mucho menos
coaccionados por reglas inflexibles de conducta o presiones homogeneizantes,
tan típicas en las zonas rurales, expresamos más libremente nuestras
convicciones, nuestro inconformismo y nuestra creatividad.
Las
áreas metropolitanas reflejan mosaicos de gentes diferentes que conviven al
mismo tiempo preservan su identidad. Esta heterogeneidad demográfica, a su vez,
suscita en nosotros una perspectiva más relativista y tolerante hacia las
diferencias."
Luis
Rojas Marcos nació en Sevilla en 1943, profesor de psiquiatría de la New York
University, en 1992 fue nombrado jefe de los servicios municipales de salud
mental.
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