Yo tenía
tanta rosa de alegría,
tanto lirio de ilusión,
que entre mano y corazón
el Niño no me cabía...
Dejé las rosas primero.
Con una mano vacía
–noche clara y alba fría–
me eché a andar por el sendero.
Dejé los lirios después.
Libre de mentiras bellas,
me eché a andar entre estrellas
con sangre y nieve en los pies.
Y sin aquella alegría,
pero con otra ilusión,
llena la mano y vacía,
cómo Jesús me cabía
–¡y cómo me sonreía!–
entre mano y corazón.
(José María Pemán, 1897–1981)
Zagalejo de perlas,
hijo del Alba,
¿dónde vais que hace frío
tan de mañana?
Como sois lucero
del alma mía,
al traer el día
nacéis primero;
pastor y cordero
sin choza y lana,
¿dónde vais que hace frío
tan de mañana?
Perlas en los ojos,
risa en la boca,
las almas provoca
a placer y enojos;
cabellitos rojos,
boca de grana,
¿dónde vais que hace frío
tan de mañana?
Que tenéis que hacer,
pastorcito santo,
madrugando tanto
lo dais a entender;
aunque vais a ver
disfrazado el alma,
¿dónde vais que hace frío
tan de mañana?
Lope de Vega.
1 comentario:
Que hermosos versos!
No conocía estos villancicos. Gracias por compartirlos!
Un abrazo, Edelia
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